Italia: travesía en bicicleta por la bella Italia

Italia: Travesía por la bella Italia

Italia: travesía en bicicleta por la bella Italia

Para hablaros de mi travesía en bicicleta por la bella Italia, antes tengo que trasladarme en el tiempo a la primera semana de la vuelta al mundo.

Mi contacto con Italia comenzó mucho antes

Me dirigía hacia el País Vasco y paré a dormir en el albergue parroquial de Estella. Allí conocí a Maurizio y a su encantadora mujer, ambos dos peregrinando a pie hacia Santiago de Compostela. “Se tu parle piano io capisco tutto”, les decía yo cada vez que se aceleraban al hablar. Ya entrada la noche, después de una larga tertulia y un buen plato de pasta receta italiana.

– Bona notte, ci vediamo,- digo mientras voy camino de mi habitación.

A lo que Maurizio responde.

Ci Vediamo, e se non çi vediamo…- una pausa nos mantiene a todos expectantes, -…accendiamo la luce.

Todos estallamos en risas con aquella frase sencilla y divertida. Desde entonces no me la he podido quitar de la cabeza. Ahora en Italia, cuando surge la oportunidad, la dejo salir para arrancar una sonrisa. Siempre gano unos puntos de confianza en la gente. A veces lo consigo y a veces no, es cuestión de práctica; encontrar el momento adecuado. Sin forzar, suavemente, acariciando el niño interior del adulto que tengo delante y atravesar esa coraza de seriedad y formalismos fabricada a base de prejuicios. Un arte que requiere sobre todo de humildad y respeto. Cuando el resultado es una sonrisa sé que he ganado.

Bienvenido a la bella Italia

Pasado Niza, la ciudad más conocida por sus aguas azules, finiquito ya los últimos kilómetros de Francia mirando de reojo los rascacielos de Mónaco, para entrar a Italia por la costa. Al menos en esta ocasión puedo apreciar el cambio de país, no tanto por el desgastado cartel azul comido por el sol clavado a un lado de la carretera, donde apenas se distinguen las letras de ITALIA, sino por la llegada al primer pueblecito que me topo después de la frontera, Ventimiglia; Caos circulatorio, cláxones, mucho ruido y parloteo alegre y cantarín.

En la cafetería de la esquina, junto al puente que atraviesa el rio me tomo mi primer café del país. Me muero de ganas tanto de celebrar la nueva entrada, como de confirmar si es cierta la buena fama del café italiano. Y está rico, pero ¡hay que ver qué tacita tan pequeña te ponen! Luego me di cuenta de que aquí eso es normal, nadie se toma el tanque de café que me suelo tomar yo por las mañanas.

Travesía por la bella Italia: ¿Qué ruta seguir?

La costa italiana me dura poco, demasiado turístico y precios imposibles. Al día siguiente me despido del azul marino hacia el verde bosque atravesando las montañas pre-alpinas por la ruta Eurovelo 8 rumbo a Turín. Y es que no puedo estar más a gusto en la montaña, a pesar de que hay días que el cuentakilómetros no pasa de los 8 km/h. Recorrer 35 km me lleva entre cinco o seis horas, luego de acampar me doy una ducha, ceno y mientras observo las montañas teñirse con los últimos rayos de sol, miro al cielo y digo: GRAZIE MUNDO, CI VEDIAMO…

Impresiones personales y curiosidades que me cuenta la gente local

A pesar de la conducción loca que se vive en las carreteras italianas, que el arcén es un espejismo y que el metro y medio de seguridad con el ciclista sólo lo practican unos pocos, lo mejor de Italia es la gente. Ya el primer día no podía acabar mejor gracias a  una pareja italiano-española que me rescatan de mi aposento nocturno. Había elegido un pequeño banco de un parque junto al paseo marítimo. No sólo me invitan a cenar una pizza y un vino en un restaurante, sino también a dormir en su casa.

Desde entonces, en mi ruta por Italia nunca me han faltado la hospitalidad y la simpatía de su gente. Fuera de Italia me he encontrado opiniones negativas sobre los italianos. Como suele pasar, la historia tiene su peso en todo esto, por eso siempre les digo lo mismo, ve y cuéntalo !!, porque a mí me han tratado benissimo. Es cierto que se respira un aire de crispación político y social, hay mucha burocracia, un sobre-control exagerado y muchas normas. Tres tipos de policía: la local, los caravinieri y la policía de finanzas. Eso añadido a la corrupción política y unos impuestos de escándalo que no reflejan un impacto positivo en la sociedad. Como siempre, hay opiniones para todo, pero sigamos con el viaje.

Travesía por la bella Italia: descubriendo nuevas rutas

En Turín me incorporo la Vía Francígena de la que hablo con detalle en otro artículo del blog “La Vía Francígena en bicicleta”. Eso me lleva hasta ciudad medieval de Lucca. Allí me veo obligado a tomar un tren hasta Bastia Umbra, por una sobrecarga en el gemelo, y me quedo en casa de mis amigos Alba y Rafael que hacía días que me esperaban. Dejo mi bicicleta Minerva para tomarme unos días de vacaciones con Montse y mi hija Emma que vienen desde Barcelona a verme. Pasamos unos días muy lindos de turisteo y gastronomía en Florencia y Siena. Un parón necesario para cargar pilas y que el gemelo se recupere al cien por cien.  Una semana después, vuelta a la aventura que ya la echaba en falta.

Travesía por la bella Italia: De los Apeninos a la planicie Veneciana

Desde Bastia Umbra, atravesando La Toscana de Citta del Castello, San Sepulcro y Bagno di Romagna, por caminos rurales poco transitados y rodeados de bosques, bajo hacia la planicie Veneciana, lo cual supone un relajo para mis piernas, machacadas de tanto subir y bajar por los Apeninos. Tal es así, que mi gemelo derecho vuelve a recaer con otra sobrecarga. Eso me obliga a descansar un día entero en I dueLagui y dos más en la ciudad de Ferrara, conocida como la ciudad de las bicicletas.

Y Ferrara me enamora. Por sus calles tranquilas. Sus grandes parques. Su muralla. El ambiente callejero de la parte vieja: sin apenas ruido de motor, músicos tocando en las plazas. Y muchas bicicletasLas bicicletas son las protagonistas de la ciudad. Muchas de ellas bicicletas antiguas restauradas. Una belleza para los que creemos en ciudades sostenibles y más humanas. A partir de aquí mi hospedaje habitual son el Colegio Salesiano de Migliano Venetto, parroquias, algún que otro parque público y finalmente el camping de Eritrea.

Lo bueno de Italia y la provincia Veneciana en particular es que existe toda una red ciclista bien conectada y señalizada, que circula entre canales y caminos rurales, casi sin tocar apenas una carretera principal. En la web biketalia.it se encuentra toda la información sobre las rutas ciclistas del país.

Bella Italia: Gràcie mile a tutti

En Monfalcone atrás queda la bella Italia, rumbo a Eslovenia, recordando personas como Mauro, que me dio diez euros para una pizza y una cerveza, Jan Piero que fue mi guía en la ruta hasta Bellaaqua, Abdí responsable del Camping Il Melo, que hizo una pizza casera para mí, a Maximiliano que en el centro social de Turín (Torino) me regaló su brújula y un montón de latas de atún. Al padre Don Paulo que me dio un techo en el oratorio de la parroquia de Crescentino, o Don Hugo en la parroquia San Rocco en Ravenna.

Luigi por esa cerveza enorme en Loro Litta, a Gianni que me invitó a comer en Lucca, a Alba y Rafael que me acogieron en su casa durante una semana. Don Marco de la parroquia San Giacomo, al señor Stanis de I due laqui, a Don Rafael y Don Jean de los colegios salesianos de Torino y Migliano Venetto, a Don Ángelo de la parroquia de Erelea… A ellos y tantos otros que ya forman parte de mi diario de viaje.

Nos vemos en el camino.

Gracias por leerme.
Desde el 2019, por el Mundo en Bicicleta
Raúl Alzola, biciruling

I due lagui, Los dos lagos
I due lagui, Los dos lagos
Correo en Ferrara
Correo en Ferrara
Via ciclable por Venecia
Siena, Italia
Siena, Italia
Raul ALzola
hola@biciruling.com
No Comments

Post A Comment