Italia: Vía Francígena en bicicleta

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Italia: Vía Francígena en bicicleta

No tenía conocimiento alguno sobre la Vía Francígena cuando entré en Italia. No me gusta informarme demasiado de los países por donde viajo. Disfruto más descubriendo las cosas sobre la marcha. Preguntar a la gente local e informarme de primera mano de lo auténtico del lugar. Y aquí me ves. Quién me iba a decir a mí que acabaría recorriendo parte de la Vía Francígena en bicicleta.

Primeras voces sobre la Vía Francígena

Originalmente mi plan era entrar a Italia desde Francia por la costa, recorrer las montañas hasta Turín y de allí, por el norte, rumbo a Venecia para entrar a Eslovenia. Pero mucha gente que me encontraba por el camino me decía:

–Ah! Voi estei fendo la Via Francigena?– (ah, ¿estás haciendo la Via Fracígena?)

–¿La qué?–, respondía yo con cara de extrañeza

Hasta que, llegado a Turín, busqué información por Internet y me gustó lo que encontré sobre esta desconocida ruta de peregrinación. Y por eso, a pesar de que no estaba en los planes alargué mi paso por Italia. Existe una web oficial y una aplicación para móvil (App Android, App Iphone) bastante bien hecha que te informa de todos los puntos de paso y hospedajes. Me encandiló desde el principio.

En Vercelli conseguí una credencial en el albergue de peregrinos y Francesco, uno de los voluntarios se alegró de mi decisión y me animó todavía más a disfrutarla. En otros lugares del mundo, incluyendo España nadie ha oído hablar de la Vía Francígena, así que me comprometí a hacer algo de difusión, escribiendo algún artículo y publicando un vídeo en español sobre mi experiencia como peregrino Francígeno.

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Y a continuación puedes ver el vídeo que publiqué meses después sobre mi experiencia como peregrino por la Vía Francígena.

Qué es y de dónde surgió la Vía Francígena

Italia vía Francígena mapaSegún dicen es una de las rutas más antiguas de Europa. Se hizo popular oficialmente desde hace unos diez siglos cuando el abad Sigerico documentó en su diario de viaje todos los detalles de su vuelta a Canterbury desde Roma, tras ser nombrado arzobispo por el papa Giovanni XV. Ese diario de viaje, en el cual nombra las 80 mansiones donde durmió, fue la clave sobre la que hoy se fundamenta la que hoy conocemos como Vía Francígena.

Se le llamó Vía Francígena por el hecho de que era necesario atravesar territorio Franco para conectar con Roma. Llegó a ser una ruta muy importante, de ámbito religioso, comercial y cultural. Por aquí pasaron peregrinos que iban a Roma y a Tierra Santa, soldados, ladrones, comerciantes de seda, trovadores, oportunistas, bandoleros…

No es el objetivo de este post explayarme demasiado en la historia de la Vía Francígena, pero si estás interesado puedes leer más información en la web oficial dedicada a ello: www.viefrancigene.org. Aquí encontrarás también información de los albergues, los lugares de paso, los desniveles y todo lo que necesitas para planificar tu itinerario.

Vía Francígena en bicicleta: Cómo fue mi experiencia personal

Hay que reconocer, y esto me lo han confirmado peregrinos del camino, que la ruta a pie es exigente, porque hay muchos etapas en que no hay nada y las jornadas son largas. En bicicleta esto no sucede y la jornada se hace más llevadera. Pero para gustos los colores. Nada como ir un poco preparado físicamente y sobre todo, ligero. Que conste que te estoy hablando del recorrido que hice yo. Desconozco cómo es la ruta en el tramo Anglo-Suizo-Francés.

italia: vía francígena señalLa calidad de la señalización de la ruta varía según la provincia. Lo cierto es que se están haciendo esfuerzos en este aspecto. Esto no es el Camino de Santiago y en algunos tramos hay que tirar de brújula, de guía de papel, de tecnología G.P.S  o del preguntar a la gente local. Esta última técnica es mi favorita. No siempre funciona pero a cambio conversas, ríes, practicas el idioma, llenas los bidones de agua y continúas. No sé si por el camino original pero te aseguro que habrás aprendido mucho más que mirando una pantalla.

Desde Vercelli hasta Lucca fue un viaje en el tiempo, por caminos inhóspitos,  atravesando pueblos como Piacenza, Fidenza, Pontremoli, Crescentino, Orio Litta o Lucca, todos, absolutamente todos, con su historia del Camino, su iglesita bien cuidada y con su alto campanario en activo. Es una sensación extraña y agradable a la vez. Me pasa desde que comencé esta aventura viajera; el conectar conmigo mismo y sentir la conexión con esta Energía Universal donde todo fluye. Ese Algo Grandioso que las religiones llaman Dios.

Se siente una magia especial en la Vía Francígena

No quiero enredarte en temas metafísicos o espirituales pero sí que es verdad que esa sensación de conexión con uno mismo se multiplicó por dos. Yo creo que es por toda la energía acumulada de tantas personas que han pisado la ruta durante siglos. Durante esos días, creo que fueron unos diez, no tuve conexión a Internet. Hasta mi familia y amigos se alarmaron un poco pensando que me había  pasado algo. Y claro que me pasó algo: estaba conectado conmigo.

En un albergue que fue un antiguo monasterio colgaba de la pared un texto que explicaba con brevedad y exactitud lo que quiero decir:

“En el camino estás tú mismo y nada más. Tu rol en la sociedad, tu dinero, tu pasado, nada cuenta. Estás “solo” pero también “todo” tú mismo, de esta forma te relacionas con los demás, de esta forma das y recibes”

Y es eso en realidad. Desde que empecé este viaje, me voy desnudando poco a poco, pero es quizás en la Vía Francígena dónde más lo he notado. He dormido en parroquias, conventos, colegios salesianos, santuarios, centros de exclusión social y centros de ex toxicómanos. He dormido con personas que no tenían nada y que me han acogido como a un amigo. Ese sentimiento de hospitalidad que traía frustrado de Francia, lo he recuperado en Italia.

La Vía Francígena: una ruta muy diferente a otros caminos jacobeos

Aquí no hay tiendas que vendan artilugios peregrinos, ni está invadido de señales como el Camino de Santiago de Compostela, donde puedes encontrar una señal amarilla hasta en el bolsillo del pantalón. Aquí cada persona que te encuentras, peregrino o no, es una oportunidad para conversar, sonreír y compartir un momento que es único.

Los peregrinos que me encontré iban la mayoría a pie, y algunos venían de bien lejos, como Francis y Helen que venía de Estados Unidos exclusivamente a recorrer la Vía Francígena a pie. Con esto quiero decir que si eres de los que disfrutan viajando por lugares inéditos, sin agobios turísticos, y sentirte como un viajero de aquella época en que reinaba la hospitalidad y el sentimiento de ser bien recibido, ven a recorrer la Vía Francígena en bicicleta o a pie, y no te arrepentirás.

Vía Francígena en bicicleta: Conclusiones

Yo te puedo hablar de cómo fue mi experiencia de recorrer la Vía Francígena en bicicleta, pero no tengo la experiencia de haberla recorrido a pie. Así que dejo en tus manos la decisión. Incluso te voy a decir una cosa. Si quieres iniciarte a viajar en bicicleta La Vía Francígena puede ser una buena alternativa. Y así salimos un poco de la zona de confort del masificado Camino de Santiago.

Buen camino.

Desde 2019, recorriendo El Mundo en Bicicleta.
Raúl Alzola, Biciruling

Raul ALzola
hola@biciruling.com
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