Travesía en bicicleta por Georgia – parte 1

georgia: familia que conocí en el camino

Travesía en bicicleta por Georgia – parte 1

Tras tres meses de confinamiento obligado en casa de una familia armenia en la pequeña ciudad de Ajaltsitje (De ello hablo en mi artículo sobre mi entrada en Georgia) llega el momento de preparar mi travesía en bicicleta por Georgia.

Como podéis imaginar, permanecer tres meses recluido en una casa sin apenas pedalear merma la forma física de cualquiera. La mía estaba por los suelos. Así que antes de salir a explorar Georgia en bicicleta lo primero era recuperar la forma física.

Durante el mes de junio comencé a realizar ejercicios de fuerza con aeróbico en el patio de la casa. Y después, cuando las restricciones se suavizaron, comencé con las salidas en bicicleta por los alrededores. Así, día a día, fui recuperando el tono muscular y perdiendo algunos kilos que sobraban. A continuación os muestro un vídeo para que os hagáis una pequeña idea de cómo eran mis salidas en bicicleta por los alrededores de Ajaltsitje.

Y ahora sí. Todavía sin la forma física al cien por cien, pero con la motivación al doscientos, os cuento cómo fue mi travesía en bicicleta por Georgia y lo que fui aprendiendo sobre su cultura y la vida en este país del Cáucaso. Para no hacer este artículo muy extenso dividiré mi travesía en bicicleta en tres partes. ¿Empezamos?

¿Por dónde empezar mi travesía en bicicleta por Georgia?

Ahaltsije queda en el lado sur-oeste de Georgia, por tanto llegar hasta las montañas de Tusheti no era cosa de un día. Podría haber cargado todo en un autobús y avanzar más rápido para acercarme hasta Telavi (la ciudad grande más cercana al Parque Natural de Tusheti). Así me hubiera ahorrado un montón de kilómetros, pero también me hubiera perdido muchas cosas. Claro que, eso lo sabe uno después; la de cosas que se llega a perder uno por ir más rápido.

Travesía en bicicleta por Georgia: mapa de la ruta 01

Travesía en bicicleta por Georgia: mapa de la ruta

 

Además, si puedo evitarlo, a mi me gusta salir de casa pedaleando; no del aeropuerto o de la estación de autobuses. Gracias a esta familia armenia pude dejar en su casa algo de mi equipaje habitual y cargar la bicicleta con menos peso. Aún sí, calculo que llevaría encima unos 50 kilos de peso, bicicleta incluida.

Para evitar las carreteras principales, tracé una ruta por caminos secundarios que conectan algunas aldeas pequeñas, donde viven familias mayoritariamente agrícolas. Son mis favoritas. Poco tráfico, gente de campo, siempre más abierta a la conversación y al encuentro. Y de esta manera llegó la primera noche de acampada, junto al río y con vistas al Castillo de Khertvisi, uno de los más antiguos de Georgia.

travesía en bicicleta por georgia: castillo de khertvisi

Georgia: Castillo de Khertvisi

Vardzia: La Ciudad excavada en la roca

Mi primer punto clave era llegar a Vardzia, la ciudad excavada en la roca de la montaña, donde vivió la reina Tamara, tan querida y recordada en Georgia por su valentía y sus habilidades como defensora del territorio. Por algo la llaman Madre Georgia.

Me llevó dos días llegar al valle donde se sitúada esta montaña de piedra llena de agujeros. Esa es la impresión que uno recibe cuando te vas acercando por la carretera.

Travesía en bicicleta por georgia: Vardzia

Travesía en bicicleta por Georgia: Vardzia, ciudad excavada en la roca

Hoy el día es soleado y el calor aplastante, pero por los pasadizos y recovecos de la montaña la temperatura baja en picado. Todas las mini-casitas están conectadas por estos corredores túnel y escalinatas construidos a base de pico y pala. Los pasos son estrechos y de techo bajo, no aptos para personas que padezcan de claustrofobia. (Pau Gasol lo tendría difícil a no ser que vaya a gatas).

¿Cómo es la ciudad de cuevas de Vardzia?

Por lo que me ha contado el tipo de la taquilla, normalmente por estas fechas, este lugar está abarrotado de turistas, tanto locales como extranjeros. Es un lugar muy concurrido. Pero hoy en Vardzia nos encontramos el tipo de la taquilla y yo. La entrada me cuesta 7 laris: unos 2€ al cambio, y no me ponen ninguna pega para  dejar la bicicleta a buen resguardo.

Lo positivo de viajar en este periodo de pandemia es que los lugares turísticos están prácticamente vacíos y son fáciles de visitar. Sobre todo para los que viajamos en bicicleta. Todo lo contrario que en era pre-pandemia. Lo no tan positivo es que todos las familias del valle que regentan una guest-house, este año van a tener menos ingresos que otros años.

Cada agujero es una habitación de la vivienda y en su momento más álgido, alrededor del siglo XII, llegó a haber hasta 6000 habitaciones distribuidas en 13 pisos. Según leo en los paneles de información, las hay de más modestas (Economic House) a más nobles. Todas cuentan con una especie de cama de piedra enorme que abarca casi toda la sala.

No hay “apartamento” que no disponga. como mínimo, de un agujero de forma ovalada cavado en el suelo. Según he leído, se usaba para almacenar el vino, algo muy preciado en la cultura georgiana. Y todas están conectadas por escaleras de piedra, túneles y pasarelas.

El monasterio sigue en activo. Los monjes regresaron en el año 1988, después de ser abandonado durante la época soviética, y eso lo ha convertido ahora en un lugar de conocido peregrinaje ortodoxo. Se siguen realizando obras de restauración para recuperar parte de lo que un terremoto derribó.

 

Georgia: Vardzia la ciudad excavada en roca

Georgia: Monasterio de Vardzia

Próximo lugar en la lista: Lago de Tsalka

Abandono Vardzia al día siguiente, tras una noche muy tranquila de acampada junto al río Kurà. Para salir del valle tengo dos opciones: volver hacia atrás por la única carretera de acceso o subir la pared del barranco por un “camino” solo apto para cabras. La primera opción es la más sensata si eres de no complicarte la vida. La segunda es la atrevida. Si voy por la carretera me ahorro una distancia de casi 30 km, por el camino de cabras son unos 10km pero no tengo ni idea del tiempo que me va a llevar.

El camino es una locura. El 90% avanzo caminando empujando la bicicleta a una velocidad de no más de 5km/h. O sea que la subida se convierte en un trekking con 50 kilos de arrastre. En cada kilómetro bebo agua y me doy ánimos para no mermar la moral. Menos mal que en el kilómetro cinco se haya milagrosamente una fuente de agua fría. Porque he sudado mares; los bidones de agua están vacíos.

Georgia: Acampada libre entre campos de cultivo

Georgia: Acampada libre entre campos de cultivo

Encuentros ciclo-viajeros en el camino

Tardo unas dos horas y media en salir del barranco. Una vez arriba el terreno es más liviano y puedo avanzar más rápido. Con otra noche de acampada libre entre cultivos, en dos días llego a Tsalka. Allí he quedado con Roberto (@Tras_mis_pasos), ciclo-viajero español que también se ha quedado atrapado en Georgia y que al igual que yo ha vuelto a la carretera. Ambos disfrutamos de dos días de acampada libre y de buenas conversaciones sobre nuestras vidas nómadas.

En bicicleta por Georgia: Acampada libre con Roberto en Tsalka

En bicicleta por Georgia: Acampada libre con Roberto en Tsalka

Rumbo hacia el Monasterio de David Garejia

Así como nuestros navíos se cruzaron, ahora cada uno torna a su río. Roberto continúa su viaje hacia el oeste por Turquía y yo continuo mi ruta por Georgia rumbo a las montañas. Momentos lindos y entrañables los que surgen de compartir historias con otros viajeros en el camino.

Para no variar elegí la ruta más complicada. Senderos de tierra y piedra entre rebaños de ovejas de pastores azerbaiyanos y sus correspondientes perros mastines huelen mi presencia a un kilómetro de distancia. Estos pastores se instalan aquí en verano y retornan a su país en invierno. Sus mini campamentos suelen estar formados por casetas que construyen con un toldo de plástico de color azul. Muy fáciles de ver a larga distancia, lo cual me permite prepararme con tiempo para el acoso canino. No falla nunca.

Mi primer contacto con la hospitalidad georgiana

Como siempre, todo tiene su recompensa y acabo alojado en casa de una familia georgiana. Yo solo quería rellenar los bidones de agua, pero los niños se acercaron, jugamos y reímos. Después la abuela me ofreció un café y finalmente me acogieron como a uno más de la familia.

Y aquí es cuando empecé a darme cuenta de la importancia del vino para los georgianos. Vino no faltó y risas tampoco. El lenguaje era limitado pero la comunicación fluía como el vino en nuestras copas. Intenté ganarme la confianza de las mujeres de la casa. La abuela había sido actriz, y el resto cantaban y tocaban la guitarra. Eran las más alegres y dicharacheras. Pero no fue posible; en Georgia todavía es el hombre quien manda en casa y la mujer la que acepta que así sea.

 

En bicicleta por Georgia: Familia georgiana que me acoge en su casa

En bicicleta por Georgia: Familia georgiana que me acoge en su casa

Muy cerca de la frontera con Azerbaiyán

Me despido de esta familia tan numerosa como acogedora para llegar hasta Rustavi. Siempre por caminos de tierra y piedras donde solo encuentro pastores azerbaiyanos y perros varios enormes que ya se han acostumbrado a mi olor. Es un olor a libertad y aventura, nada que les irrite demasiado como para llegar a agredirme.

En Rustavi acabo durmiendo en la recepción de una empresa de mantenimiento municipal. Los vigilantes del turno de noche me han decido un colchón e invitado a cenar. He podido ducharme con la manguera de riego del jardín. Así que no me puedo quejar. Cómo acabé ahí son historias para un libro, que me pasan cuando no quiero pagar por dormir unas horas.

Me siento vigilado

Abandono la recepción a hora temprana. A la hora en que los trabajadores del turno de mañana se reúnen en la entrada para iniciar la jornada laboral. Soy la anécdota del día y ellos son la mía. No todos los días se empieza la jornada en la recepción de una empresa municipal sin que el personal de seguridad te eche sin darte los buenos días.

La ruta hasta el Monasterio de David Garejia transcurre por un camino de tierra y grava totalmente inhóspito paralelo a la frontera con Azerbaiyán. Primero paso junto a un campo de entrenamiento militar abandonado. Poco después a mi derecha el camino circula junto a los muros de un cuartel militar georgiano. Una patrulla que vigila en una de las torres de vigilancia se acerca a preguntar qué demonios hago allí.

Georgia en bicicleta: Camino hacia David Garejia

Georgia en bicicleta: Camino hacia David Garejia

En cuanto les digo que voy a David Gareji, me dejan continuar sin pedirme nada. Cuesta llegar porque el camino es pedregoso y hay un tramo en obras. Pero por fin, a eso de las 16h, las ruedas tocan el suelo de piedra del monasterio.

¿Cómo es el monasterio de David Garejia?

Este monasterio es otro de los lugares más turísticos de Georgia. Aunque como ya comenté anteriormente, en este momento de pandemia, el lugar está totalmente desolado. El aparcamiento de autobuses está vacío. Apoyo la bicicleta en la pared e inspecciono caminando todo el recinto. Un monje se entretiene leyendo un libro en la sala de souvenirs. Apenas alza la vista cuando me ve entrar por la puerta (el libro debe ser muy interesante).

Dos militares totalmente equipados para matar custodian la entrada a la parte del monasterio que pertenece a Azerbaiyán. En algún lugar del camino alguien me dijo que justo esa es la parte más bonita de todo el complejo. Hablo con los militares pero el paso está prohibido. Pese a mi cara de buena persona no hay manera de convencerles.

Un poco de historia del territorio David Gareja

La historia de David Gareja está ligada al conflicto territorial con su país vecino, Azerbaiyán. Unos dicen que este trocito de tierra siempre fue de dominio georgiano. Los otros dicen que perteneció a los albaneses. Como reza el dicho; unos por otros, la casa sin barrer. Las negociaciones nunca han sido posibles. Y mientras tanto, todo el complejo de monasterios permanece dividido en dos.

La época de más esplendor fue durante los siglos XI y XII. Después entró en decadencia tras el declive del reinado georgiano y destruido por el ejército mongol en 1265.  Si quieres saber más sobre la historia de este lugar puedes visitar este enlace. Se cerró durante la época soviética y fue utilizado como campo de entrenamiento militar, lo cual ocasionó muchos desperfectos y la destrucción de un montón de documentos históricos importantísimos.

Travesia-bicicleta-por-georgia: David Gareja

Travesia-bicicleta-por-georgia: Monasterio David Gareja

Actualmente el monasterio está activo y es un lugar de culto y peregrinación ortodoxa muy importante en Georgia. Parece que se han acercado posturas en cuanto a la división del territorio, pero de momento, nada concluyente.

Hablé con los militares y me dieron permiso para quedarme a dormir bajo un soportal del recinto. El monje de la tienda de souvenirs me regaló una botella de agua fría y me llenó la bolsa de 4L. Eso me concedió el lujo de cocinar y darme una ducha cuando el sol ya caía en el horizonte. Lo más que os puedo decir es que si pasáis por Georgia, hagáis una escapada a este lugar. Es posible que haya más control y más colas para entrar, pero seguro que podéis visitar el complejo al completo.

De momento, me conformo con dormir tranquilo en este lugar tan espectacular y mañana levantarme descansado para continuar mi travesía en bicicleta por Georgia.

y tú ¿Has estado en Georgia? ¿Has visitado este lugar? Si te apetece, puedes compartirlo en los comentarios.

Todavía queda mucho por contar. Te espero en el siguiente artículo.

Desde 2019, recorriendo el Mundo en bicicleta.
Raúl Alzola, biciruling.

Raul ALzola
hola@biciruling.com
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